10 de julio de 2011

Rana de cuernos nariguda (Megophrys nasuta)

Megophrys nasuta es una especie de anfibios de la familia Megophryidae.
Familia Megophryidae 

Esta familia consta de al menos 136 especies encuadradas en el género Megophrys, entre ellas (por citar algunas de las más relevantes) M. aceras, M. longipes, M. montana, M. nasuta, M. kobayashii, M. ligayae, M. stejnegeri y M. edwardinae (al borde de la extinción). 

Estos anuros se caracterizan por presentar dos protuberancias más o menos puntiagudas encima de sus ojos y otra a modo de larga “nariz” en el caso de M. nasuta, lo que combinado con unos ocres tonos de piel les aporta un increíble parecido con una hoja seca. Durante generaciones y generaciones los Megophrys han perfeccionado su camuflaje para eludir a sus depredadores (pequeños mamíferos, grandes lagartos y serpientes principalmente), hasta el punto de hacerse casi invisibles entre las hojas caídas que alfombran el suelo de los bosques húmedos y un tanto fríos de Malasia. Sin embargo, y a pesar de compartir familia, no todos los Megophrys presentan una taxonomía tan marcada, incluso en algunas especies (véase Megophrys montana) las protuberancias de la cabeza son casi inapreciables.
Nombre común: rana de cuernos nariguda. Jahai, una tribu aborigen de Orang Asli (al norte de la Malasia peninsular), llama a esta rana “Kengkang”, una onomatopeya de la llamada de los machos en la época reproductiva. El sonido que emiten los machos durante el apareamiento se asemeja a un bocinazo y tiene cierta resonancia metálica.
 


Distribución: 
Sundaland, “tierra de Sunda” (Indomalasia), es una región biogeográfica del sudeste de Asia que abarca la Península Malaya y las islas del archipiélago de Sumatra, de Java y de Borneo.Península de Malaca o Península Malaya, también conocida como península de Kra (Indomalasia), es un largo y estrecho apéndice del continente asiático. Políticamente está dividida en territorios pertenecientes a Birmania, Tailandia, Malasia y Singapur. Esta especie de hábitos exclusivamente terrestres y nocturnos vive entre la hojarasca en descomposición, a los pies de los frondosos árboles que se apiñan en la baja montaña, próximos a insignificantes corrientes de agua (ya que no es buena nadadora, y de lo contrario correría el riesgo de ahogarse), donde las hembras depositan sus huevos, adhiriéndolos a aquellas pequeñas piedras y raíces que emergen del agua. Son zonas boscosas sombrías, dado el tupido entramado vegetal que la luz difícilmente logra atravesar, con abundantes precipitaciones, humedad permanente y TºC frescas y constantes todo el año, que oscilan entre los 20 y 24ºC. Además de no ser, como hemos dicho, una buena nadadora, tampoco se puede decir que se prodigue en el salto, siendo sus movimientos un tanto torpes. Cualidades ambas que por otro lado son totalmente prescindibles al confiar básicamente los M. nasuta en su excelente camuflaje a la hora de escapar de sus potenciales enemigos.
 

Descripción: No es difícil identificar este escuerzo, con sus característicos “cuernos” y una larga “nariz” (de ahí el término nasuta, que en latín viene a significar “narigudo”, “que tiene una napia voluminosa”). Hay algunas otras ranas de cuernos o sapos hoja en la Península Malaya, pero no pueden llevar a confusión dadas sus notables diferencias taxonómicas, que permiten distinguir claramente a esta especie del resto, pues es la única con una “nariz” prominente y puntiaguada, y sus “cuernos” son más extensos y afilados que los de otros sapos hoja. Los párpados superiores se dibujan hacia fuera en proyecciones largas y triangulares, formando lo que parece un cuerno sobre cada ojo. 
Esta especie, cuyo rostro cejudo arroja un aspecto ceñudo y amenazador, nada más lejos de la realidad, también se caracteriza por la presencia de dos pares de dobleces o de cantos dorsolaterales longitudinales. Un par se extiende del occipital a la ingle, y el otro par parte de la parte posterior del ojo hasta la ingle. 
Otro rasgo taxonómico es la existencia de un par de glándulas de tonos amarillentos situadas en el pecho, debajo de la inserción de las patas anteriores. 
La coloración propia del M. Nasuta varía ligeramente según la zona geográfica que habite, pudiendo ir desde un ocre pálido a un marrón muy oscuro, pasando por tonos rojizos. Sin embargo, de una forma u otra, ésta siempre coincide con el color de las hojas muertas entre las que se asienta. Uno de los síntomas de estrés en estos animales es el oscurecimiento repentino de la piel, que se torna casi negra (al igual que ocurre con otros muchos reptiles y anfibios). 
Las hembras son de mayor tamaño que los machos y por regla general no exceden los 13 cm de longitud, aunque pueden crecer hasta los 16 cm. Los machos suelen medir unos 10 cm.
 


Alojamiento: 
A pesar de que estamos hablando de anuros relativamente grandes (sobre todo en el caso de algunas hembras), esta especie requiere de una instalación pequeña para su correcto mantenimiento, más ajustada a su comportamiento sedentario que al considerable tamaño que alcanzan de adultos. Los Megophrys viven entre las hojas que tapizan el suelo de los bosques, manteniéndose en un estado de quietud casi absoluta y evitando llevar a cabo ningún movimiento innecesario que pudiera delatar su cuidadosamente camuflada posición a los posibles enemigos. Debido a este estatismo extremo (típico también en otras especies con hábitos de vida similares tales como Ceratophrys, Pyxicephalus...) las medidas adecuadas para un terrario destinado a albergar a un sólo ejemplar no excederían de 80 cm de largo por 40 cm de ancho, siendo la altura indiferente al tratarse de una especie exclusivamente terrestre. Sin embargo, el sentido común recomienda una altura mínima de unos 30 cm, sobre todo si tenemos en cuenta que el terrario deberá contar con un sustrato adecuado de al menos 10 cm de grosor. De esta manera se le ofrece al escuerzo la posiblidad de enterrarse siempre que lo desee, con el fin de que pueda regular tanto su TºC como humedad corporales, y en segunda instancia, para reducir el estrés del animal al permitirle escapar a miradas impertinentes.
Alimentación:Estos anuros son fundamentalmente insectívoros: 
Las cucarachas son un alimento inmejorable para nuestro anfibio y deberían constituir (junto a las lombrices de tierra) uno de los pilares de su dieta, dado su gran valor nutritivo y alto porcentaje en calcio. Además los Megophrys parecen sentir cierta predilección por estos artrópodos.
Reproducción: Desgraciadamente no abundan las experiencias personales sobre la reproducción en cautividad de estos anuros, y aún menos se contempla en las bibliografías consultadas. En relación al comportamiento reproductivo del Megophrys en su medio silvestre, cabe admirar la osadía que demuestran los machos abandonando su escondite en la espesura del bosque para acercarse a la orilla de pequeños arroyos de lento fluir, con el objeto de llamar la atención de las hembras emitiendo sonoros y alternos “keng”, “kang”. De esta manera, a costa de arriesgar su propia existencia, tratan con ímpetu de perpetuar la especie. Tras la cópula, la hembra adhiere unos huevos incoloros en aquellas raíces de árboles, diversa vegetación y piedras que emergen del agua en las zonas más tranquilas del riachuelo. En cautividad se debe disponer para la cría de un acuaterrario, con una zona acuática amplia a la par que poco profunda, con cóncavos pedazos de corteza de árboles no resinosos ni letalmente aceitosos como es el caso del cedro sobresaliendo del agua, en cuya cara inferior la hembra depositará sus huevos, que quedarán colgando justo por encima de la superficie del líquido elemento, para facilitar la caída de los renacuajos al agua cuando dichos huevos eclosionen.
Estado de conservación: Se encuentra amenazada de extinción por la pérdida de su hábitat natural.

1 comentario:

Aitor Sancho de Pablo dijo...

Soy el autor del texto que has plagiado, al menos podrías poner la autoría del mismo.
http://www.jangala-magazine.com/index.php/articulos/80-anfibios/84-megophrys-nasuta?hitcount=0